Vittorio Macchioro

Vittorio Macchioro nació en 1880 en Trieste, en el seno de una familia judía sefardí. Se licenció en historia antigua por la Universidad de Bolonia y trabajó como inspector en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, especializándose en la clasificación de cerámica antigua. Su experiencia traumática en la Primera Guerra Mundial marcó un giro radical en su pensamiento y lo llevó a enfocarse en los aspectos simbólicos y espirituales del mundo antiguo, desarrollando una línea de investigación centrada en el orfismo, como se refleja en su obra maestra Zagreus (1920).
Durante la década de 1920, Macchioro profundizó en el estudio de las tradiciones religiosas, especialmente el orfismo y el Cristianismo paulino, y exploró distintos credos, pasando del judaísmo al catolicismo, al protestantismo y finalmente regresando al catolicismo. Su enfoque metodológico, original y abierto a la fenomenología religiosa, lo convirtió en una figura influyente para pensadores como Eliade, Warburg y De Martino. Impartió conferencias en Europa, Estados Unidos e India, y en sus investigaciones trató de integrar arqueología, filología, antropología y espiritualidad, anticipando métodos que más tarde adoptarían otros estudiosos del mundo antiguo.
Tras verse afectado por las leyes raciales en 1938, fue forzado a jubilarse y se refugió en la escritura literaria y periodística bajo el seudónimo «Benedetto Gioia». Tras la Segunda Guerra Mundial, fue readmitido en el servicio arqueológico. Sus últimos años estuvieron marcados por problemas de salud mental, una probable demencia, y falleció en Roma en 1958. Su legado reside en haber concebido una lectura del mundo antiguo profundamente simbólica, en tensión con la modernidad, y comprometida con una visión espiritual de la existencia.