Creencias religiosas en la China antigua
Eduard Erkes
Editorial: Hipérbola Janus
Año: 2022 |
Páginas: 144
ISBN: 979–8846739079
Acerca del autor
Nos adentramos en el ámbito de las creencias, la espiritualidad, la historia y la antropología del Extremo Oriente, y más concretamente de China, de la mano del que es considerado como uno de los sinólogos más importantes del pasado siglo. Nos referimos al alemán Eduard Erkes a través de su obra titulada Creencias religiosas en la China antigua. Licenciado en 1913 con August Conrady, con la disertación titulada Das Zurückrufen der Seele (chao hun) des Sung Yüh, Erkes consiguió la libre docencia en la Universidad de Lipsia en 1917 con el trabajo Das Weltbild des Huainan-tse. Fue nombrado conservador de la sección para Asia y Europa en el museo etnológico de Lipsia, y en 1928 profesor extraordinario, siempre en la Universidad de Lipsia.
Erkes, fue miembro del SPD (Partido Socialdemócrata de Alemania) desde 1919, con el advenimiento del nacionalsocialismo fue apartado de todos sus cargos y responsabilidades. En mayo de 1945 Erkes fue reintegrado en su cátedra universitaria, para después ser nombrado, en 1947, ordinario de sinología y director del seminario del Asia Oriental (desde 1951, Instituto para Asia Oriental).
Otras obras de Erkes son: Gestaltwandel der Götter in China (1947); Hoshang-kung’s Commentary on Lao-tse (1950); Neue Beiträge zur Geschichte des Choukönigs Yu (1954).
Una introducción a la China clásica
China nos sigue pareciendo un lugar extraño, lejano y exótico, una civilización milenaria que encierra secretos de incalculable valor tanto para el arqueólogo como para el historiador de la cultura, y más concretamente en el ámbito de las creencias y la manifestación del espíritu religioso. Ante nosotros tenemos un pasado que podemos remontar en sus formas embrionarias de civilización al quinto y sexto milenio antes de la era cristiana, y podemos secuenciar perfectamente la sucesión de culturas prehistóricas que sirven de tamiz y base para el ulterior desarrollo bajo las formas más clásicas y reconocibles del mundo chino. Del mismo modo, la misma combinación de multitud de etnias en este mismo proceso genera una compleja síntesis que nos ofrece una cultura con influencias muy variadas, muy alejada de esa visión monolítica que quizás nosotros, como europeos profanos en la materia, hemos considerado habitualmente.
Nuestro conocimiento acerca del mundo de las creencias y la religiosidad china nos viene fundamentalmente a través de dos vías: por un lado la arqueología y por otro los textos tradicionales. Conviene apuntar que el material arqueológico por sí solo no puede ofrecernos explicaciones globales ni el material necesario para conocer el sistema de creencias religiosas en su totalidad. La mitología, la teología y la propia estructura de los ritos contribuyen a conformar una respuesta mucho más completa, que con el solo aporte de los materiales arqueológicos resultaría insuficiente. Los textos tradicionales más abundantes nos dan noticia sobre el periodo de la denominada antigüedad clásica, que se corresponde con el periodo que va desde el traslado de la capital de la dinastía Chou a Lo-yang (770 a.C) hasta el final de la dinastía Han (207 a.C - 220 d.C); el periodo que comprende aquel de las dinastías Shang/Yin (desde la mitad del II milenio hasta el 1100 a.C aproximadamente) y el de los Chou occidentales (1100 - 771 a.C). Más allá del hecho de que los textos literarios que se remontan a este periodo son raros o no existen, los más antiguos textos chinos son todos muy difíciles de datar. Los más célebres, aunque no siempre los más importantes, son los clásicos confucianos, y en particular el Shu Ching (Clásico de historia), el Shih Ching (Clásico de poesía), y el I Ching (Libro de los cambios, un manual de adivinación y de filosofía), los rituales titulados Chou-li, Li-chi y I-li, y finalmente el Tso-chuan, un rico comentario de una pobre crónica, y el Ch’un-ch’iu, atribuido a Confucio. A menudo, sin embargo, estas obras son comprensibles sólo gracias a las glosas que las acompañan y que se deben a autores literarios de la dinastía Han o de épocas más recientes.
En el caso del Chou-li (Rituales de Chou) y el Li-chi (Libro de los Ritos) conforman dos de los trece clásicos del canon confuciano que fueron descubiertos por Liu Hsiang en los archivos imperiales chinos, que tal y como constata el orientalista Filippo Ronconi, fueron objeto de cuestionamiento por los Eruditos de la corte por temor a que la doctrina propugnada por éstos fuese puesta en duda, por lo que forzaron su expulsión de la Corte. Ambas fuentes son fundamentales en el presente ensayo de Eduard Erkes, y le ayudan a delinear la religión china en sus puntos fundamentales, concretamente en cinco puntos o capítulos dedicados respectivamente al sacerdocio chamánico, a los espíritus, a las divinidades antropomorfas, a las costumbres funerarias y a las divinidades de la naturaleza. Todo este cuadro conceptual, que abarca ámbitos que van desde la mitología, la antropología o las creencias más básicas, trata de reconstruir un horizonte existencial en el que además de confluir las grandes doctrinas esotéricas, sapienciales y, en definitiva, tradicionales de la China clásica, como son el Confucianismo, Taoísmo y Budismo, sino también de un elemento central dentro de la Historia de las religiones, como es el fenómeno del Chamanismo, y de hecho el gran etnólogo e historiador de las religiones rumano Mircea Eliade se sirvió de los estudios realizados por Eduard Erkes para articular y desarrollar sus propias obras sobre el tema en relación a China.
A este respecto, el propio Erkes nos apunta una premisa de inicio que hay que tener en cuenta el análisis de las creencias religiosas chinas en relación al chamanismo:
Para el análisis de la antigua religión china, hay que remitirse a la noción a la que, en el estado actual de nuestros conocimientos, parecen estar vinculadas las primeras experiencias humanas de lo sagrado y que, por tanto, hay que situar también en el inicio de la evolución de las distintas religiones: la noción de fuerza mágica, o maná. Según una concepción que tiene carácter de universalidad, que, sin embargo, en formas residuales se traiciona y subsiste también en todas las fases superiores de la evolución, esta fuerza actúa en los seres humanos, en los animales, en los seres inanimados y en todas las cosas, estando, sin embargo, especialmente presente en el representante de la religión primitiva, en el chamán, a quien habilita en sus funciones. Para este concepto, la antigua religión china tenía dos expresiones diferentes, ling y te.
Evola y Erkes
La edición italiana, la que nuestro traductor, Gustavo Mateu Fombuena, ha tomado como referencia para la preparación de nuestra propia versión en español, fue traducida en 1958 por Julius Evola para el IsMeo (Associazione Internazionale di Studi sul Mediterraneo e l’Oriente), todo ello a pesar de las discrepancias que Evola mantuvo con respecto al método racionalista y positivista empleado por los historiadores de la religión, y que entraba en conflicto directo con las tesis del autor tradicionalista, y entre ellos, pese a traducir su obra, también se encontraba el propio Eduard Erkes, con el cual discrepaba en torno a la idea evolucionista que describe el punto de partida de la evolución antrópica china a partir de un Sinanthropus primitivo al que Erkes le atribuye un estado humano, tras el reciente abandono del estado animal, y en posesión de algunas ideas religiosas.
Son ideas que ya aparecen en el preámbulo de la obra, y que nos remiten a una concepción naturalista, que es la que sostiene el sinólogo alemán. Desde la perspectiva evoliana, Erkes también termina asumiendo una serie de patrones comunes a la ciencia antropológica y la etnología oficiales, aunque lejos de hablar de formas de superstición asociadas a las fuerzas de la naturaleza, sino que habla de «factores sociales», llegando finalmente —nos señala Julius Evola— a una imagen de sincretismo derivada de la unión del culto a los antepasados con la religión naturalista. En cualquier caso, estos elementos que chocan con la visión tradicional no invalidan en absoluto el valor que la obra pueda tener a nivel de contenido, con las valiosas informaciones en torno a las fases más antiguas de la espiritualidad extremo-oriental.
Detalles sobre nuestra edición
La preparación de esta obra nos ha supuesto una serie de desafíos a los que nos hemos tenido que enfrentar para hacerla más atractiva y aprovechable de cara al lector que no esté familiarizado con el mundo chino.
Pese a que la obra en sí es un excelente compendio de los aspectos fundamentales que vertebran la religión y las creencias de la China clásica, para que el disfrute de todo aquello que nuestro autor nos expone sea mayor nos hemos visto en la necesidad de crear un glosario y aportar una serie de comentarios que aclarasen y complementaran algunas cuestiones.
Cuando se publicó la obra, a finales de los años 1950, la incorporación de ideogramas chinos en un texto de carácter divulgativo no académico era una misión prácticamente imposible, y a sabiendas de esto, cuando el autor quiere hacer referencia a cómo algunas cuestiones mitológico-religiosas se ven reflejadas en los ideogramas, no le queda más remedio que recurrir a la descripción.
En nuestra edición, sin embargo, gracias a la tecnología actual, hemos sido capaces de recuperar la mayoría de ideogramas a los que Erkes hace referencia y de incorporarlos en el texto para dejar más claro aquello a lo que se refiere.
En nuestro glosario también hemos añadido la transcripción fonética en el sistema Hànyǔ Pīnyīn (la transcripción oficial de la República Popular de China en la actualidad), que facilitará que el lector interesado pueda indagar más buscando por internet los términos en los que esté interesado, ya que el sistema de transcripción que Erkes utiliza, el Wade-Giles, pese a que permite que el lector no acostumbrado al chino se haga una idea más clara de la pronunciación de las palabras que con el pinyin, ha caído en desuso y es difícil manejarse con él en la red de redes.
El libro ya se encuentra disponible en Amazon tanto en versión de tapa dura como de tapa blanda. Esperamos que sea de vuestro agrado.