Apología de la Inquisición
Una revisión crítica de la Inquisición medieval
Jean-Baptiste Guiraud
Editorial: Hipérbola Janus
Año: 2024 |
Páginas: 156
ISBN: 978-1-961928-09-1
Nos complace presentar por primera vez un ensayo histórico en nuestro ya nutrido catálogo de obras en las que desde la filosofía, el esoterismo y la geopolítica, hemos ido tocando una serie de temáticas cada vez más variadas que ahora vemos extenderse a un nuevo género, la historiografía, de la mano de un autor poco conocido en el mundo hispanohablante como es Jean-Baptiste Guiraud (1866-1953).
La obra que nos disponemos a presentar, Apología de la Inquisición: Una revisión crítica de la Inquisición medieval, es una obra singular por diferentes motivos, tanto por la polémica asociada al autor, cuya biografía y filiaciones condicionaron su existencia y actividad, como por el hecho de asociarse a una posición «revisionista» en épocas relativamente lejanas. La obra original fue publicada por vez primera en 1909, como parte de una obra más extensa bajo el título Dictionnaire apologétique de la foi catholique, donde nos presenta una entrada específica sobre la historia de la Inquisición, una obra fundamental en su momento para ofrecer una herramienta en defensa de las posiciones del catolicismo francés.
Jean-Baptiste Guiraud nació en 1866 en el departamento francés de Aude, ubicado en el Mediodía Francés, concretamente en el Languedoc, territorio donde la herejía cátara mantuvo numerosos adeptos y fue capaz de desarrollar un cierto poder e influencia en el tiempo con ramificaciones sobre el norte de Italia. Nació en el seno de una familia de tradición católica, y su hermano Paul fue un destacado especialista en Historia Antigua, desarrollando una dilatada carrera docente en la Universidad de la Sorbona. Guiraud, por su parte, también se formó como historiador, especializándose en Historia Medieval, y más concretamente en asuntos de carácter religioso, lo cual le llevó a obtener una beca a través de la École Française de Roma para desarrollar sus estudios sobre el papado medieval en unos archivos hasta entonces inaccesibles que sirvieron de base a notables obras de erudición en lo sucesivo. Su carrera pareció desde un principio inevitablemente orientada hacia el éxito, y de hecho no se hizo esperar tras su regreso de Roma, con la obtención de una plaza docente en la Universidad de Beçacon.
No obstante, y a pesar de que sus trabajos recogieron buenas críticas entre los colegas de profesión y el mundo académico, las filiaciones católicas de nuestro autor, que se vieron reforzadas por sus estudios en Roma, y un fuerte temperamento —algo que le caracterizó en todas las actividades desarrolladas a lo largo de su vida— marcaron las fatalidades de su destino. Desde un principio dio la cara públicamente para oponerse a la persecución a la que fueron sometidos los católicos durante la Tercera República merced a la influencia de las logias masónicas más radicales, que promovían un violento anticlericalismo que impregnó el debate público por completo. Esta circunstancia condujo a Guiraud a posicionarse en cuestiones de índole educativa, y apostar por la libertad del modelo educativo frente a todo intento de injerencia y control por parte del aparato estatal en su voluntad de desterrar a las organizaciones confesionales de la enseñanza. Fruto de estos enfrentamientos nacerá la obra Histoire partiale, Histoire vraie (1911-1917), como un ensayo sobre la historia de la Iglesia en el que trataba de restablecer una versión católica de la historia frente a las imposturas que el monopolio estatal ejercía sobre los jóvenes a través de una determinada narrativa oficial.
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Editorial: Hipérbola Janus
Año: 2022 |
Páginas: 168
ISBN: 979-8836449711
Esta lucha terminó por costarle la carrera universitaria por el pretendido cariz marcadamente católico de sus obras, a pesar de ser rigurosamente objetivas y ciñéndose a un método, sin caer en mixtificaciones o discursos maniqueos, y siendo, como era, un especialista en la historia religiosa del medievo. Después de varias advertencias, en 1913 el ministro de Educación Nacional, René Viviani, mostró su «desaprobación oficial» hacia las actividades políticas de Jean-Baptiste Guiraud en defensa de sus filiaciones católicas, favoreciendo finalmente su jubilación prematura y retirada de la enseñanza universitaria.
A partir de ese momento Guiraud se consagró a la actividad periodística, concretamente ocupando el cargo de redactor jefe del diario católico La Croix, cargo que ocupará de manera ininterrumpida hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial. A partir de esa fecha tratará de recuperar su actividad como docente e investigador, ya a una edad avanzada pues contaba entonces con 73 años. Y es en ese momento cuando retomará sus estudios sobre la Inquisición medieval, que años atrás, en 1928, habían dado lugar a L’inquisition médiévale, obra que sería fundamental en su proyecto de estudio, y que pretendía ser una versión resumida de una obra más monumental de dos volúmenes aprovechando la abundancia de material de archivo recopilado en los años precedentes. Desafortunadamente, este proyecto se vio truncado por la guerra, y por el bombardeo alemán que en 1940 le obligó a abandonar su casa y destruyó todo ese valioso legado conformado en años de minuciosas investigaciones. No obstante, sus investigaciones religiosas en el ámbito medieval siguen proporcionando importantes referencias a los investigadores del presente.
Apología de la Inquisición nunca había sido publicada con anterioridad en español, a pesar de que desde su aparición lo haya hecho en multitud de lenguas. Su vigencia, como ya hemos señalado, continúa haciendo de esta obra un importante recurso para investigadores en lo que se refiere a las fuentes bibliográficas, y una lectura clarificadora por su carácter divulgativo y no por ello menos riguroso. Este libro aspira por encima de todo a ofrecernos una visión histórica de la primera Inquisición, la medieval, de las circunstancias que concurrieron en su formación, el contexto histórico con el afloramiento de multitud de herejías, de la complejidad del entramado de poderes que se pertrecha en su seno, así como del funcionamiento de la institución, sometida, de manera deliberada o por ignorancia, a equívocos y falsos mitos de crueldad, fanatismo e intransigencia. Historias aterradoras e inhumanas de tortura se utilizan para nublar el entendimiento del gran público, en un manido recurso emocional que no obedece en ningún caso a la realidad de los hechos, al funcionamiento objetivo del Santo Oficio, y menos arbitrario de lo que comúnmente se cree de susodicha institución.
No obstante, y como bien reconoce nuestro autor, como toda institución humana, la Inquisición también cometió errores e injusticias, y no fue perfecta en el despliegue de sus actividades, porque al fin y al cabo eran humanos quienes aplicaban su jurisdicción. Esta obra también iba dirigida a los propios católicos, para tratar de paliar los efectos de la propaganda y la «leyenda negra» indefectiblemente vinculada a todo lo medieval, a todo lo «premoderno», para ofrecerles una visión de los hechos independiente del relato interesado, construido ex profeso por la maquinaria estatal francesa y la aceptación, finalmente, de la historia de la Iglesia con sus claroscuros, con sus aspectos positivos y negativos, pero huyendo de todo discurso maniqueo e interesado.